Helene Grimaud
Alturas de Brahms
Helene Grimaud nos ofrece la mejor interpretación que jamás hayamos escuchado, del Concierto N°. 1 de Brahms para piano y orquesta (opus 15) .
Recuerdo que fue hace poco más de diez años, bajé en la estación de Montparnasse en París y entré a una tienda de venta de música a curiosear; venía de visitar unos clientes en Lorient, en la Bretaña francesa; era una tarde agradable y disponía de mucho tiempo antes de ir al hotel.
Grande fue mi sorpresa cuando me tropecé con un viejo amigo: Gastón Vizcarra -a quién no había visto desde la universidad-, y que también se encontraba allí curioseando.
!Que casualidad! exclamamos al unísono y recordé el poema de Mallarmé: "una tirada de dados, jamás abolirá el azar", si me dije de inmediato, pero Karl Jung hubiera respondido, que la casualidad o el azar no existen, lo que existe es la sincronicidad.
La sincronicidad según Jung son aquellos sucesos que no tienen una relación causal pero si una profunda significación en nuestras vidas. Decidimos que cada uno buscara su propia música y compartir después un café en el bistró del frente para ponernos al día.
Gastón dedicado al acopio de nueces del Brazil en Madre de Dios -en convenio con las comunidades nativas- se iba a un congreso de biocomercio en Nepal y yo había estado en Katmandú hace unos años.
Fue en aquella tienda de música que encontré el CD de Helene Grimaud, apenas me puse los audífonos y escuché los primeros acordes del Concierto N°. 1 de Brahms supe de inmediato por qué estaba allí.
La versión que compré es la de la Staatskapelle de Berlín dirigida por Kurt Sanderling, me ha acompañado todos estos años y cuyo primer movimiento es el que he colocado en la entrada de este post.
Solo desde hace muy poco las interpretaciones de Helene Grimaud se encuentran disponibles en YouTube.
Hay una versión más reciente y también muy buena, dirigida por Michael Gielen el 17 de abril del 2005, ha sido filmada y la edición del sonido es muy cuidada, la incluyo a continuación:
La historia de este concierto es trágica, fue creado en momentos en que el gran músico Robert Schumann -mentor y protector del joven Brahms-, aquejado por una enfermedad mental moría en un manicomio.
Fue estrenada en enero de 1859 y al final de la ejecución de la obra, el público abucheo al compositor y esa noche le llovieron pifias y tomates.
Le afectó tanto a Brahms que el concierto no volvió a presentarse en público hasta diez años después, donde si consiguió una apoteósica aclamación, y desde entonces es considerado una obra maestra en su género.
Aquí una entrevista a Helene Grimaud que revela su personalidad y nos explica su visión del concierto de Brahms: